Un día caminando por la orilla en la playa, vio una figura que parecía danzar. Al aproximase, observó a una joven agarrando estrellas de mar de la arena y, una a una, arrojarlas de vuela al océano.
-¿Por qué estás haciendo esto? –preguntó el escritor.
-¿No lo ve? –dijo el joven-. La marea está baja y el sol está brillando. Si la dejo en la arena, se secarán al sol y e morirán.
- Muchacho, existen miles de kilómetros de playa en ese mudo y cientos de miles de estrellas de mar desparramadas a lo largo e ellos. ¿Qué diferencia hace? Tú devuelves algunas al mar. Pero la mayoría morirá de cualquier forma.
El joven tomó una estrella más de la arena y la arrojó de vuelta al océano. Miró al escritor y dijo:
-Para esa, yo hice la diferencia…
Aquella noche el escritor no logró dormir; tampoco pudo escribir.
Por la mañana fue a la playa, aguardó al joven y junto con él comenzó a devolver estrellas al mar.
del libro "Coaching. El Arte de Soplar Brasas", de Leonardo Wolk
Es un excelente cuento que nos sirve para ilustrar la importancia de las acciones individuales dentro de un sistema.
ResponderEliminarEstamos acostumbrados a menospreciar los esfuerzos individuales que esta provocando que terminemos con las bellezas de este planeta.
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