Un joven de la ciudad se fue al campo y le compró un burro a un viejo campesino por 100 dólares. El anciano acordó entregarle el animal al día siguiente, pero al día siguiente el campesino le dijo:
-Lo siento hijo, pero tengo malas noticias. El burro murió.
+Bueno, entonces, devuélvame mi dinero.
-No puedo, lo he gastado ya.
+Bien, da igual, entrégueme el burro.
-¿Y para qué?, ¿qué va a hacer con él?
+Lo voy a rifar.
-¡Está loco! ¿Cómo va a rifar un burro muerto?
+Es que no voy a decir a nadie que está muerto, por supuesto.
Un mes después de este suceso se volvieron a encontrar el viejo
vendedor y el joven comprador.
-¿Qué pasó con el burro?
+Lo rifé. Vendí 500 papeletas a 2 dólares y gané 998 dólares.
-¿Y nadie se quejó?
+Solo el ganador, pero a él le devolví sus 2 dólares.
Cuento facilitado por Miguel Alonso García
Dpto.Psicología Diferencial y del Trabajo
Universidad Complutense de Madrid
https://campusvirtual.ucm.es/prof/edpo.html
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